Los robos en viviendas se han incrementado de forma alarmante en toda España durante los últimos años, agravándose la situación desde que comenzó la crisis económica. En la mayoría de las comunidades de vecinos,
las cerraduras de los portales son vulnerables y fáciles de manipular.
En el caso de las comunidades de propietarios de nueva creación, las cerraduras de los portales no se han cambiado desde que se entregó la obra, son cerraduras estándar instaladas por las promotoras que no ofrecen ningún nivel de seguridad en el portal.
Basta con buscar en Internet para encontrar tiendas on line que venden las herramientas necesarias para abrir este tipo de cerraduras sin necesidad de forzarlas, incluso podemos encontrar completos manuales y video tutoriales para aprender a hacerlo. Toda esta delicada información está al alcance de cualquiera, lo que ha motivado el auge de nuevas técnicas de robo en vivienda como el bumping, impresioning, sacacorchos, técnica del hilo y la utilización de ganzúas “Magic Key” entre otros.
En otros casos, la puerta de acceso al portal se encuentra directamente abierta o basta con llamar al telefonillo para que un vecino nos abra o saludar al conserje para entrar libremente y sin levantar sospechas. Las nuevas tendencias en urbanismo, han provocado que las comunidades de propietarios cada vez sean más grandes y vivan en ellas un mayor número de vecinos, por lo que resulta imposible conocerlos a todos y los intrusos pueden hacerse pasar por inquilinos con suma facilidad, accediendo a la finca y moviéndose dentro de ella con total libertad.
En comunidades con una alta rotación de propietarios, inquilinos, empleados, o presencia de pisos turísticos, será muy facil que personas agenas a la comunidad de propietarios puedan acceder al portal por poseer una llave o copia de la misma, por ello, un buen sistema de seguridad para el portal deberá identificar a los usuarios que accedan, mediante videovigilancia o control de accesos peatonales con dispositivos personalizados para cada usuario.