Los sistemas de control de accesos que aparecen en series y películas son casi perfectos. Suelen representar un obstáculo más o menos insalvable para el protagonista. En no pocas ocasiones el mismísimo James Bond ha tenido que recurrir al ingenio para superar tales barreras. Si bien en la realidad sus capacidades no son tan exageradas, sí que actúan como un buen elemento de disuasión.
Los sistemas de control de accesos en la ficción
La seguridad en series de TV o en las películas se muestra de manera exagerada, sobre todo cuando afecta al protagonista. A menudo los dispositivos son un desafío extremo, de gran complejidad y que incorpora tecnologías de lo más sofisticadas. El mejor ejemplo lo podemos encontrar en la primera entrega de Misión imposible.
El momento clave del largometraje, cuando el equipo de Tom Cruise busca obtener una lista de agentes encubiertos en la sede fortificada de la CIA, vemos todo tipo de medidas de seguridad. El suelo cuenta con sensores de movimiento ultrasensibles y el acceso se realiza a través de dos puertas. En la primera hay que identificarse mediante la voz y una contraseña; mientras que en la segunda hay un escáner de retina y un vigilante.
Tantos sistemas son recursos narrativos para mantenernos en tensión, mostrarnos la gravedad de la situación y la facilidad con la que se puede fracasar. Sin embargo, todos ellos se quedaron cortos ante el ingenio del protagonista y su equipo. Estos se dan cuenta de que pueden entrar desde los conductos de ventilación y descolgarse con una cuerda para alcanzar su objetivo. ¿Cuál fue el error de la CIA? Se olvidaron de instalar cámaras de videovigilancia en su cámara acorazada.
Eso sí, al menos encontramos un paralelismo con la realidad: los dispositivos ejercían un efecto disuasorio. Si bien no era perfecto, pues bastaba un poco de ingenio, las medidas hubieran mantenido alejado a cualquier criminal o agente interesado en acceder a información valiosa. Al fin y al cabo, no merece la pena correr el riesgo de ser detectado, algo que es muy probable que ocurra.
¿Cómo escoger un buen sistema para una comunidad residencial?
Por suerte, para proteger de manera eficaz una comunidad de vecinos no necesitamos tantas capas de seguridad como en Misión imposible. De hecho, optar por la complejidad puede salirnos muy caro. No solo tendremos que pagar una gran suma por la instalación, sino que es probable que pasemos por alto elementos básicos, como una simple cámara ubicada en una posición estratégica.
Es posible extraer otra clave de las películas y series que nos ayude a elegir: la adaptabilidad. Debemos incorporar aquellas soluciones, dispositivos y tecnologías que más se ajusten a nuestras circunstancias. No todas las comunidades de vecinos van a necesitar sistemas de seguridad biométrica, por ejemplo. Algunas sí que los instalarán debido a sus particularidades, pero el resto no tienen por qué optar por tales elementos.
Además, es importante garantizar que el sistema es escalable, ya que las necesidades cambian con el tiempo. Es recomendable dejar espacio para la inclusión de nuevas tecnologías o soluciones que por el momento no son útiles, pero que pueden serlo mañana.
Por último, no debemos olvidar el soporte técnico. Se trata de un apoyo esencial para enfrentarnos a los problemas que surjan o para responder dudas en el menor tiempo posible. Al estar respaldados por un equipo de profesionales con experiencia, no nos costará separar una tecnología de seguridad real vs una de ficción.
Aunque en la ficción los sistemas de seguridad de accesos aparecen exagerados, en la realidad son elementos clave para protegernos. Gracias a ellos, aumentamos nuestra tranquilidad y la de los vecinos de una forma sencilla. En Prevent nos encargamos de planificar la instalación y de ejecutarla en función de las necesidades de los residentes. Si tiene alguna duda, contáctenos para resolverla.
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