Son muchas las razones que pueden llevar a un vecino a querer impugnar el acta de una junta de vecinos, aunque habitualmente es por información errónea o falta de información, que a futuro nos pueda perjudicar.
Lo que la jurisprudencia establece en estos casos es que primeramente se solicite de forma fehaciente la rectificación del posible "error" y su reflejo en el acta, así como informar a los vecinos para estar al corriente de estos cambios.
Otras veces el problema viene de un conteo erróneo de los votos, algo que puede no tener la mayor importancia excepto cuando el tema que se discutía necesitaba unanimidad.
Nuevamente se trabaja desde la buena fe y se fomenta que haya una rectificación lo antes posible del posible "error" en el cómputo de su voto y su reflejo en el acta, que debemos recordar que tiene un carácter declarativo y no constitutivo, y al suscribirse bajo la firma del Secretario de la Comunidad tiene un valor presuntivo de los hechos que hace constar.
Si no se realiza esa aclaración, el vecino podrá solicitar en el juzgado la corrección del acta, siendo aquí muy importante el elemento probatorio, y donde la declaración de otros vecinos pueda confirmar el voto de cada uno de ellos.
La impugnación no es inmediata, ha de aclararse el voto de cada uno de los vecinos que han rechazado el acta y solo se acepta la impugnación por los propietarios que hubiesen salvado su voto en la Junta, los ausentes por cualquier causa y los que indebidamente hubiesen sido privados de su derecho de voto.
