Hace un mes escribía un artículo sobre el COVID-19, el enemigo invisible que nos acecha en cada esquina presto a entrar en nosotros y conseguir infectarnos.
Decir que es muy difícil luchar contra algo que no se ve no es nada aventurado, pero debemos de seguir luchando, tomando todas las medidas que ya conocemos y que ya aplicamos, sobre todo una y fundamental: QUEDARNOS EN CASA.
Lo que debemos de tener claro es que hay un antes y un después de esta pandemia, nuestra vida tal y como era y nuestras costumbres ya no van a ser nunca iguales.
Vamos a tener que seguir conviviendo con este enemigo tan poderoso, al cual debemos de hacerle frente con la mejor de las armas, la prevención.
No voy a hablar de lo que todos ya conocemos en medidas de higiene personal, lavado de manos, uso de mascarillas, guantes, etc, sino que vengo a hablar de nuevas costumbres que vamos a tener que adoptar en nuestra vida diaria, la desinfección y esterilización de las zonas comunes hecha por profesionales.
Para frenar este virus a partir de ahora se hace imprescindible la desinfección de los espacios públicos, en el caso que nos ocupa se va a hacer fundamental la desinfección y esterilización, más o menos periódica, ( esto lo explicaré un poco más abajo ), de las zonas comunes comunes de nuestra comunidad, rellanos, escaleras, ascensores, pasamanos, portales, telefonillos... y por supuesto, demás zonas comunes, zonas de juego, áreas de juego infantiles, piscinas, garajes, trasteros…
El nuevo protocolo dictado por el Ministerio de Sanidad y por las distintas Consejerías de las Comunidades Autónomas, aconseja la limpieza de las superficies comunes con lejía, lo cual se está llevando a cabo por las empresas de limpieza y conserjería, pero además indica como muy necesaria además, la desinfección realizada por empresas de Desinfección y Control de plagas, las cuales utilizan productos bactericidas, fungicidas y viricidas, los cuales destruyen el COVID-19, entre otros virus, y crean una película en las superficies tratadas que hace difícil que los virus puedan volver a asentarse, disminuyendo las posibilidades de contagio.
¿Cada cuánto hay que hacer una desinfección y esterilización de las zonas comunes?:
No hay una respuesta fija para esta pregunta ya que el tiempo será distinto para cada comunidad de vecinos y dependerá de varios factores:
La estación del año:
Verano será una estación con menor incidencia de casos, hasta prácticamente la desaparición de los mismos, debido a que el COVID-19 parece ser que no sobrevive a temperaturas por encima de los 37º C, y siendo el invierno la estación del año con un repunte de los contagios, por lo que podremos establecer que en otoño-invierno las desinfecciones podrían tener que realizarse de forma mensual.
La incidencia de los contagios en la población:
Esto va ligado estrechamente a la estación del año en la que nos encontremos, pero también a la cantidad de contagios que pueda haber dentro de una misma comunidad, lo cual hará que se deban de realizar desinfecciones con una mayor regularidad.
El perfil de edad de los habitantes de la comunidad:
Si hay mayoría de vecinos con edades de riesgo, mayores de 60-65 años, o por el contrario, hay mayoría de vecinos con edades comprendidas entre 0-16 años, en este último caso la periodicidad también debería de ser mayor, ya que es la población que actúa como vector.
Para acabar indicar que en la mayoría de las comunidades disponemos del asesoramiento experto de un Administrador de fincas, el cual sabrá determinar cómo y cada cuanto debe hacerse una desinfección y esterilización en las zonas comunes de las comunidades de propietarios que administra, y que está convenientemente informado y preparado para afrontar esta crisis con ayuda de profesionales en la materia.
Hasta la próxima, cuidaros.
Olga Cancho, responsable técnico de Crespo Control de Plagas.