En los últimos años ha aumentado significativamente el número de conexiones irregulares a la red de distribución eléctrica y las comunidades de vecinos no son una excepción.
Con el fin de acabar con estas prácticas ilegales, son muchos los adminitradores de fincas que recuerdan a sus clientes la importancia de avisar de cualquier manipulación que veamos en los cuadros eléctricos.
A los riesgos asociados a esta peligrosa actividad, tanto al que manipula los cuadros de la comunidad, como al resto de vecinos por el peligro de incendios, está un primer paso para disuadir a los defraudadores y animar a los vecinos a denunciar los casos que conozcan, para que el administrador y el presidente puedan actuar en consecuencia.
Los enganches ilegales no se realizan exclusivamente por familias que quizás no pueden llegar a final de mes por la crisis económica que vive el país, según estudios recientes una tercera parte de las conexiones ilegales se realizan para plantaciones de marihuana o incluso para granjas de criptomonedas, alcanzando cerca del 25% de los casos localizados.
Por ambos motivos el número de conexiones fraudulentas crecen a una media de un 10% anual, y se considera que cada una de ellas consume tanta energía como 50 vecinos, lo que da una idea del peligro que conllevan al no estar las líneas ni las acometidas preparadas para mantener esos consumos durante días y días, normalmente las 24 horas seguidas, según denuncian profesionales del sector.
Al ser consumos no contratados, sobrecargan la red, provocan cortes de luz, bajadas de tensión y, a menudo, derivan en averías. La defraudación de fluido eléctrico es un delito que conlleva sanciones y consecuencias penales.
Los administradores de fincas garantizan el anonimato de aquel vecino que ha descubierto bien por casualidad, o por sospechas en el tiempo, y da el paso de denunciar. En muchas comunidades son las propias compañías energéticas las que están colocando pegatinas en los contadores para disuadir a los posibles “defraudadores energéticos” y desde sus departamentos de comunicación recuerdan que "el objetivo no es perjudicar a las personas vulnerables, sino advertirles del peligro de manipular las instalaciones y la necesidad de hablar con servicios sociales".
La aparición de nuevas tecnologías y de la inteligencia artificial ha permitido avanzar en la detección de conexiones irregulares. La digitalización de la red, el despliegue de sensores y la implantación de contadores inteligentes hace que cada vez sea más sencillo detectar desviaciones y comportamientos anómalos. De esta forma, se ayuda a orientar las inspecciones de manera más eficiente.
Pese a esto, sigue siendo necesario el trabajo conjunto con los cuerpos de seguridad y las administraciones locales, a los que ahora se pretende sumar la ciudadanía gracias al trabajo de los administradores de fincas.
